sábado, 15 de mayo de 2010

No me mientan. Yo sé, digan lo que digan, que si yo te viera, témpano al fuego, y te preguntara, rigidez del diamante arrojado a la azucarera, si te imaginás un otoño distinto a éste que baila alrededor de las casas y lo demás, un otoño divertido, en el que los troncos de los árboles se pusieran verdes y se fueran cayendo de a poco, dejando las hojas y las ramas flotando para que juguemos cuando no estemos desnudos componiendo, vos contestarías que sí, que lo imaginás claramente y que hubiera sido un plan mejor para Dios, pero que si lo hacía, nosotros imaginaríamos este otro otoño marrón y ventoso.

Yo sé que con vos aprendo qué cosas perdonarme a mí mismo, qué abrigo usar, por qué dormir. No termino de entender las mentiras y me despierto pensando en países, sabiendo que no me gustan, en música, que sí, pero no la puedo tocar para que me toque. Todo esto no se puede estudiar.

Lo pienso y dejo la confianza intacta en un lugar seguro, la dejo moviéndose viva en la viva boca de mis hijos, como un gusano que muere para que florezca otra generación de pájaros.

I wonder if you'll ask.

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