martes, 30 de junio de 2009

Son dos esas protuberancias que se estiran desde el hombro y mueren en la punta de los llamados dedos, cuya memoria va a aplastar la risa de mañana.
Levanto una, brazo trágico, y con las líneas de la palma y la pena te señalo, o hago como si fueras el espejo donde me veo y te estuviera puliendo en la altura. Mantengo la otra en mi espalda, escondida tanto de tus ojos como de los míos.
La de arriba pronto va a caer, ningún ascenso carece de riesgos. La otra podría quedarse ahí para siempre. Hace de cuenta que me abrazás. La voy a sentir siempre ahí.
Si yo fuera Galeano, me atrevería a tratarme a mí mismo como un tresbrazos, pero eso no puede ser.
Si fuera Galeano, serías mi Helena, y éste el testimonio de que parto a un exilio por tiempo indefinido.

domingo, 28 de junio de 2009

De cuando en nunca la sorpresa
se hace piel. Los pies sorprenden
llevando a uno al lugar terrible
del que no se puede volver porque
no se puede volver. Las uñas de tus pies
caminan en mi memoria urgiendo
un recuerdo. Una palabra. Un
pretérito angustioso
que esconda el presente angustioso
hasta mañana cuando
todavía te voy a querer.

martes, 23 de junio de 2009

a Victoria, no sé por qué,
o, a lo mejor, por haber ella escrito

"los días siguen siendo un invento

como el veneno
o su sonrisa."



No veo la masacre
(nunca tuve un beneficio
tal como ver una masacre)

Veo los muertos amontonarse
en mi cama,
tironeando las colchas cuando duermo,
preparando el desayuno caliente
todos los días

sábado, 20 de junio de 2009

Mis ojos fabrican una punta afilada a los pinos en hilera que acarician el horizonte, ubicado ahí sólo fugazmente, y a condición de que yo no de ni un paso.
Este momento de excitación perceptiva no puede menos que aplacar -por no decir impedir- las consideraciones necrófilas sobre cómo será morir, o, lo que es igual, cómo será vivir algo distinto a la vida (requeriríamos otro verbo, pero ante la indeterminación absoluta de las características de semejante actividad, se impone la cobardía y el recato, y se hace la vista gorda a esto).
¿Por cuánto tiempo se prolonga esta tregua entre el esteticismo ingenuo y la indagación arrogante que se supone superior a cualquier enigma? Se extiende, como no podía ser de otra manera, entre el chispazo nervioso que indica a los músculos que deben desplazarse y agarrar papel y lápiz, y el momento en que la tarea comienza a llevarse a cabo.
La belleza da un portazo que impacta a la vista e irrita al oído, y el curso (normal) retorna sin rencores hacia mí por haberlo desplazado temporalmente. La anécdota se guarda a sí misma en la memoria, y luego se olvida.

martes, 16 de junio de 2009

por ahora tengo el paso claro

la mirada de mis padres ni me toca
van controlando lo que pasaba
repitiendo de memoria y de miedo aquello
distinto a este momento
ya soy respetable
y camino desnudo como si tuviera un traje
muy serio

mi novia ya está tranquila
le dije mucho lo mucho que la amo
maquillamos la cara de las broncas
y nos perdonamos todo
qué bien
y abrazo desnudo como si tuviera un traje
muy serio

quienes fueron mis amigos tienen
ya
hijos, drogas, viven lejos o son respetables
es decir que cuando salgo de la facultad
no los encuentro por ningún lado
y me emborracho solo desnudo como si tuviera traje
muy serio

todo eso que podría ser problema no lo es
estar solo no me desespera
estar solo es dar un paso sabiendo
que en algún momento voy a tropezar
y es también dar ese paso desconociendo
si cuando caiga va a haber alguien entre el piso y la piel de mi cara
en realidad
ese es Mi estar solo

jueves, 4 de junio de 2009

Voló, voló y voló. Voló tres veces en mi pecho sin aterrizar entre sus viajes.
 

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