antesdeltiempo
De la verdad, salvo que existe,
puede decirse cualquier cosa.
Algo de esto debe haber pasado.
Primero fuimos el río
con sus barcos tejiéndonos el pecho
y al lado nuestro corría el caudal seco
de nuestros cuerpos maltratados
por el énfasis de los ojos en los ojos
También pensaba que el viento te movía
y podía ver tu vestidito rígido
y tu piel bailando en cada ráfaga
o te ibas con el ruido de la bocina de un auto
o yo me enraizaba mirando los árboles
calzados con asfalto en los pies
Después el piso nos caminó
y nos volvimos un adoquín en ese frío
abrazo forzado, suposición de inmortalidad aparte
-¿cómo podés estar tan segura de que
nos vamos a ver de nuevo?-
y volver a la casa que hace de hogar
y muy bien
a dibujar por los adentritos que ya viste
si lo que no pasó no pasó por imposible, de verdad.