domingo, 27 de diciembre de 2009

Todos lo veían, no por tener la intención de verlo, sino porque estaba a la vista, y todos abrían los ojos de vez en cuando entre cada jornada de parpados cosidos. Se preguntaban si siempre se habría comportado bien, y en este caso intentaba portarse mal, o si siempre lo había hecho mal, y tenía miedo de que su rutina sufriera cambios.
Hasta donde sé, mucho no le importaba ser visto. Podría preguntarle, pero eso te dejaría sin posibilidades de preguntarle sin que se irrite por contarlo todo más de una vez, es tan irascible, somos tan distintos...

0 comentarios:

 

Copyright 2010 Con la yema de la lengua.

Theme by WordpressCenter.com.
Blogger Template by Beta Templates.