Papá, ¿dónde estás cuando no te necesito?
¿Qué te espera? ¿Nos volveremos a ver?
¿Estás donde te dejé
o me busco donde me abandonaste?
¿Me escuchás?
¿Me podés escuchar, papá?
El silencio que media entre dos intentos por ocultarlo, entre dos espacios vacíos, será siempre representado en la música de mi vida.
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2 comentarios:
La inocencia se pierde de muchas maneras. Las mas sutiles son desgarradoras.
Buenas letras Franco.
Me llama la atención también la atracción que ejerce esa desgarradura posible, o al menos cuántas ganas tengo de escribir -¿o reescribir? ¿y reescribir?- el texto del que esto formaría parte. Implica necesariamente sufrir, aunque nuestro querido Hume se ría a carcajadas de ese "necesariamente".
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