sábado, 8 de enero de 2011

Mucho después del principio, el cielo y la tierra hicieron a Dios para llorar porque se cansaron de llorar causas delgadas. Se siguieron matando, el horror y la pena siempre son motivos. Ni siquiera un invento aplastante impidió que la mano herida alzara su puñal y bajara violentamente sobre tu pecho. Ya no habrá juicio, amor. Eres libre.

2 comentarios:

Mateo De Luca dijo...

el juicio es en la tierra y bajo el cielo, no? eso entendí.

franco dijo...

Tengo la idea de que los juicios no sirven para nada cuando son llevados a cabo por personas que no fueron directamente afectadas. El muerto muerto está, y se clausura todo al instante.

 

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