viernes, 30 de octubre de 2009

Yo no tengo luna. Atrás de mi luna hay un caballo que cabalga sin patas y fecunda sin tomar hembra. Su nombre no se puede escribir, por más alfabético que sea el olor (no me animo a dibujar la letra del olor). Tampoco tengo sol, pero los rayos calientan al revés todas mis plantas, mis insectos suyos. Soy como ellos: verde, verde, con ala y ala, sin esqueleto y con ideas.
Vuelo alrededor del caballo. Vuelvo cabalgando su llegua.

2 comentarios:

V a v o dijo...

Me encantaria tener un comentario a la altura de esta entrada.Pero ya ves, solo se me ocurrio decir que su relincho es el aroma mas intimo de tu dolor.

Anónimo dijo...

lo tengo lo tengo el caballo sin
patas y que fecunda sin cabalgar
hembra es el mamporrero inseminador
que introduce el semen extraido a la yegua receptiva.Era eso ¿no?

 

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