lunes, 13 de julio de 2009

la obsesión de las obsesiones tiene dos piernas
menos mal
y salta de uno de mis ojos al otro
se enrieda en mi mirada como un lente
que no me trabaja la vista
sino que amplía mi ansiedad
hace dar ganas de verla
y cae por un costado como caricia
como ebria que al día siguiente rezonga
y se queda prendida como me quedo prendido
sin mayores precisiones
pero algo hay

la obsesión de las obsesiones vuelve hacia arriba
y sigue saltando de uno de mis ojos al otro
se vuelve a enredar como un lente
crece mi ansiedad mis ganas cae ebria rezonga
queda prendida me prendo precisamos precisión
algo obsesión ojos salto lente ansiedad gigante
quiero verte ebria rezongues prendida
no desprender nada preciso algo obsesión obsesión

4 comentarios:

Juan Rizzo dijo...

La verdad, a este no lo entendí. Igual para mí la obsesión es enfermedad, y no embriaguez. Intoxicarse implica que uno tiene la salud suficiente como para malgastarla a voluntad; en cambio la obsesión es más como la fiebre, o como un calambre, y ahí la voluntad se vuelve algo más bien incierto.
Pero, como decía, lo más probable es que no haya entendido nada. Igual comento para que quede claro que al menos hice el intento, jejeje.
Saludos.

V a v o dijo...

¿La obsesión de las obsesiones tiene nombre, apellido, un par de pechos y un solo ombligo?
¿o yo tampoco lo entendí?

V a v o dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
franco dijo...

El "cuando quise quitarme la máscara ya se me había pegado a la cara", de Pessoa, es viable porque él no tenía lectores de blogs quitándole la máscara. Me parece, Vavo, que andás en lo cierto.

Juan: sí que entendiste. Me da la impresión de que tu incertidumbre tiene lugar por suponer previamente que yo hablaba de algo sano.

Qué interesante tener lectores como ustedes, eh.

 

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