jueves, 28 de mayo de 2009

Pero si ya no tengo ni la excusa de siempre, que estoy vivo,
para aplastar la dolor,
cómo puedo perderme para oler la melancolía de la fealdad terca queriendo volver a mí
para recibirla con los barcos abiertos y abarcarla como un puerto.
Aparte te quiero tanto pero no me pierdo y sigo saltando de furia repetida
en todas partes, cuando el espejo me sigue a todas partes.
Grandes patas las del espejo que me persigue,
enormes alas saliendo del espejo que me alcanza cuando vuelo yo rando
y vuelvo a sentir que no me pierdo y dejame contarte que
la soga hirviendo que me sostiene atado a la vida mía... no, no importa eso,
se trata de la coherencia,
ese árbol que muere arrodillado ante el dolor,
la dolor que se matuvo de pie todo el tiempo practicando tiro al blando
no colabora.
Este silencio obligatorio amanecería conmigo aunque yo no amaneciera.
Voy a tratar de sonreir
para darte una sorpresa gorda
y abras gordos los ojos
y me veas entero yendomé.

0 comentarios:

 

Copyright 2010 Con la yema de la lengua.

Theme by WordpressCenter.com.
Blogger Template by Beta Templates.