sábado, 23 de agosto de 2008

Cirujanos


La nueva escritura debe operar allí donde no llega lo audiovisual. El trabajo de escritor, cada vez más, es el de aquel que escarba en la carne del alma humana y vivisecciona su ser.


Eso dice mi querido Francisco en su blog. Suena interesante. Dejar de mostrar o leer poemas. Podríamos empezar a acariciar con poemas, o soplar con poemas, ¿no?

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