viernes, 16 de mayo de 2008



Los giles llegan tarde -dice mi amigo- a los momentos de mayores dudas sobre su vida, sobre para qué vivir, sobre lo mal que han vivido, sobre de qué van a vivir y ¡oh pobrecitos! sobre que nada les gusta. Llegan tarde y se sienten acongojados, con un peso insoportable ¡oh pobrecitos! Llegan tarde y, esto es lo peor y lo más despreciable, se quieren mostrar más desdichados que como se mostraron los que no llegaron tarde. Que mi risa retumbe en su abismo.

2 comentarios:

aspirando a ser libre dijo...

muy buenos escritos
saludos segui asi

vic dijo...

qué lindo, franco.

y qué bueno escucharte leerlo.

 

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