martes, 8 de abril de 2008

-¡Pido que se me explique urgentemente por qué me entristece tanto saber que las personas no son impredecibles! -gritó en medio de la mugrienta multitud que, casualmente, dio en escuchar la exclamación de quien parecía solamente un joven despeinado capaz de nada.

Al unísono se escucharon voces confundidas como si estuvieran sincronizadas atómicamente:
-Nadie te puede dar tamaña respuesta.

Sacudido por temblores provenientes de atrás de los huesos, el castaño mozalbete entendió que el reluciente filo de un elemento punzocortante servía para eliminar fatalmente todas las dudas si se lo empleaba de la manera adecuada.
Después de ver el charco de sangre y la pila de carne inmóvil, la multitud comprendió que ya nadie quedaba en el mundo capaz de hacer preguntas de esa clase, ya no.

5 comentarios:

Malkowsky dijo...

O.o
está loco este escribiente! xD
;)

pio dijo...

Lo mejor de los últimos tiempos

vic dijo...

-
sublime
-










quedan pocos.
afortunadamente no soy de esos, y mi cobardía provocará que ninguna sangre charquee y ninguna carne pilee.

María (Letras) dijo...

Decime, Francou ¿por qué ponés como artículo de interés general las cosas que estás leyendo? ¬¬
No, no vine para bardear, en realidad ya había leído lo que escribiste y pensé que ya lo había comentado, pero se ve que no y ahora no sé qué decir, je.
Pero supongo que quise decir algo como: ¡La multitud que yo conozco jamás comprendería nada! ¡Nada de nada!
Beso kiss. Espero que estés bien:)

Energúmeno dijo...

Un verdadero delito, el escrito, no sólo por la sangre y su charco que de la mano van. Asesino de hojas virtuales, causa de ataúdes de letras admirables.
Hacía mucho que no llegaba hasta acá, voy a intentar volver a aquellas viejas prácticas. Salud.

 

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