...al Mati, por los viajes en balsa que nos queden
Tuve el poder de Joana Carda y dibujé una línea entre el mundo y yo que nunca pudo ser borrada. Me creí la bandada de estorninos y me arrojé como una piedra enorme sobre el mar porque debajo mío la tierra temblaba y sabía que en algún momento yo no sería capaz de destejer el hilo azul de la casa del campo, ni ninguno, como un perro que viene y va con la boca ensangrentada.
2 comentarios:
chau! ahora si me pareció admirable, que ganas de más de esta literatura, aja, voy a seguir leyendo entradas después de este comentario
La droga de Saramago pega bien.
Un abrazo, Mateo!
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