miércoles, 9 de marzo de 2011

...al Mati, por los viajes en balsa que nos queden

Tuve el poder de Joana Carda y dibujé una línea entre el mundo y yo que nunca pudo ser borrada. Me creí la bandada de estorninos y me arrojé como una piedra enorme sobre el mar porque debajo mío la tierra temblaba y sabía que en algún momento yo no sería capaz de destejer el hilo azul de la casa del campo, ni ninguno, como un perro que viene y va con la boca ensangrentada.

2 comentarios:

Mateo De Luca dijo...

chau! ahora si me pareció admirable, que ganas de más de esta literatura, aja, voy a seguir leyendo entradas después de este comentario

franco dijo...

La droga de Saramago pega bien.
Un abrazo, Mateo!

 

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