Caminante, no hay camino.
fueron las bombas. Sus explosiones
pusieron los escombros
con los que tropieza la tropilla
de tus carruajes, caminante
no hay camino. De tanto pasarnos al lado
sin decir ni adiós, hubo un resentido,
un sensible resentido notando que nada
valía la pena en esa hilera rerecorrida.
Caminante, te has ido,
nos queda tu falta, nos queda la maleza
sobre la que nadie aventura repetir el paso
nadie que deambule idéntico una y otra vez
para que, lentamente, la estela sea huella,
la huella rumor, y el rumor camino
para que vuelvas. Caminante
has muerto y no paramos de llorar en
este vergel sin la caricia de tus pies
lavados por el Cristo.
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El problema no son los lugares comunes, sino la insistencia de ciertas
preguntas. ¿Por qué no querés tener hijos? ¿Por qué sos vegetariano? ¿Por
qué dejas...
Hace 8 años